PIEL BRONCEADA.


 

Déjame perder mi nombre

en el súmmum de tu ombligo,

déjame ser más que un hombre

de tus mieles, de tu higo.

Solamente una caricia

en la curvatura honrosa

donde nace la delicia.

Déjate ser musa y diosa…

Y, déjame ser esclavo

y heraldo de amartelada

boquita a la cual alabo,

oh, Joyita de piel bronceada…

Bronceada por el calor

que se esparce en tu finura.

Ay, mi Amor, me eterno Amor,

despostilla mi locura,

Ay, mi locura, Piel bronceada,

deshazla con cruel gemido,

con mieles, de flor torneada…

  Déjame ser lo atrevido.

CÓNCAVO Y CONVEXO.


 

Llena de ti la ausencia que no espera,

Desatando la vertiente de tu acantilado,

Tu vivo gemido como un eco se libera,

El alma y el cuerpo son uno en privado…

Por eso tú amor en cóncavo y convexo,

Incipiente pétalo que florece en tu abrazo 

Suave hilado en la textura de tu sexo,

El brillo de tus ojos enciende el ocaso…  

Todo eso que está y que no se ha escrito,

Cuando tú y yo con amor nos abrazamos

En ese instante sentimos tanto tan bonito,

Labios mezclados cuando nos besamos…

Este es un cóncavo y convexo que gravita,

Aprieta tus bellos muslos complacientes,

Entre el temblor de tu piel que se agita,

Quiero traducir los deseos de mi mente…

Mis manos en tus curvas se hallan,

Tienen definida tu medida perfecta,

Nuestras formas en el amor se entallan,

Siéntelo como una receta perfecta…

DULCES SUEÑOS .


 

Te acurrucabas en mi

recostando tu cabeza,

cuantas veces me dormí

contemplando tu belleza.

Quería estar en tu alma,

adivinar que pensabas 

sin romper aquella calma,

saber si me deseabas.

Despertaste sonriendo,

envuelta en una mirada,

parecía estar diciendo,

quiero ser tú deseada.

Te espero en el corazón

dispuesto a llenar tu vida

para esa nuestra ilusión

tengo mi mano tendida.

Deseo que no te duermas

sin saber que yo te quiero,

que todo aquello que piensas

es para mi, lo primero.