SI ME HABLAS.


 

Cuando me hablas
son tus voces campanas
de gélido hielo
que, sin quererlo
me matan.

Resbala por tus contornos
ese reflejo que guardas.
Es tu ira, impotencia
de diabólicas alas
que traspasa el silencio
de tus duras palabras
que en momentos de guerra
descuelgas del alma.

Es tu voz alimento,
poesía alumbrada
por tu fuente fecunda
de sosiego y de calma.

Es tu sonrisa infinita
cuando estás en mi cama
luciendo la desnudez
que sutilmente me escondes
que mágicamente recatas.

Y tu cuerpo me descifra
enigmas de amor al alba
con sutiles silogismos
que emanan de tus entrañas.
En fin, eres pequeña
esa luz que me sangra.